Summer Games
Acaba de comenzar el otoño, y nosotros aún pensando en el verano… Y es que es normal, vinimos a Londres hace menos de un mes, y todos nuestros familiares y amigos aún están disfrutando de un tiempo estupendo en la playa, ¡qué suerte tienen!
It's just the beginning of autumn, and we're still thinking about the summer ... And it's normal, we came to London less than a month ago, and all our family and friends are still enjoying a great weather on the beach, they are so lucky!
¿Cómo habéis pasado vuestro verano? Nosotros hemos podido disfrutar de la preciosa playa de Punta Umbría, en Huelva. Allí hemos hecho castillos y figuras de arena, hemos construido muñecos de piedras y también hemos montado nuestra pequeña tienda en la Plaza Pérez Pastor.
How did you spend your summer? We have been able to enjoy the beautiful beach of Punta Umbria in Huelva. There we have made castles and figures of sand, we have built stone dolls and also we have installed our small shop in the Plaza Pérez Pastor.
Esta plaza es una zona muy familiar donde los padres charlan y toman algo, mientras sus hijos juegan. Muchos niños venden manualidades hechas por ellos mismos. En nuestro caso, Candela recogió conchas enormes de la playa y su primo Marcos le ayudó a pintarlas con esmalte de uñas, ¡quedaron preciosas!
This plaza is a very familiar area where parents can chat and have a drink while their children play. Many children sell crafts made by themselves. In our case, Candela collected huge shells from the beach and her cousin Marcos helped her to paint them with nail polish, they were beautiful!
¡Mi hija consiguió vender todas las conchas! Aunque el mérito en gran parte fue del abuelo Juan, que compró todas las que sobraron. Creo que el mayor fallo de la venta fue el precio de las conchas: Candela vive en Londres, donde todo es mucho más caro, ¡y se negaban a venderlas por menos de 1€! Por suerte tenemos un buen grupo de amigos que contribuyeron a la causa.
My daughter got to sell all the shells! Although this was all thanks to Juan (Grandfather), who bought all the ones that were left. I think the biggest failure of the sale was the price of the shells: Candela lives in London, where everything is much more expensive, and she refused to sell them for less than 1€! Luckily we have a good group of friends who contributed to the cause.